MARTINISMO
LA SENDA MARTINISTA
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Llega un instante en que el ser humano desea escapar del laberinto de contradicciones en que vive. Anhela encontrar un camino nuevo, diferente de todo lo que ha conocido o seguido hasta ahora.
Lo cierto es que en todos los tiempos, en todas las Eras, en todas las civilizaciones, podemos encontrar la preocupación del hombre por el lado oculto de las cosas y de los hechos y por esa razón oculta que mueve al propio Universo. Preocupación que ha llevado a todas las civilizaciones y todas las culturas a la DIVINIDAD.
En sus meditaciones realizadas frente a la existencia, se presenta como un hecho in-negable que detrás de la fina película de falsa realidad, existe otra Realidad, de la cual, por alguna razón, algo nos separa.
El ser humano de nuestra época precisa de una orientación. ¿Qué hacer entonces?
Esta inquietud del ser humano, esta preocupación, nunca fue esporádica, nunca ocurrió tan solo aquí o allá, ha ocurrido en todos los lugares y, fue formando CADENA. Siempre que alguien permitió que el pensamiento le llevase a consideraciones metafísicas respecto al lado oculto de las cosas, inapelablemente ha encontrado quien le secundase.
Quién, después de haber aprendido el Camino recorrido por al antecesor, llevase más adelante la búsqueda y las observaciones.
Que legase a otros discípulos, el manantial de conocimientos que recibiera y que en-riqueció con su trabajo y con sus búsquedas personales e la Verdad.
Lo cierto e innegable es que todos los Sabios qua fueron en el transcurso de las Edades, han buscado la Verdad. También es cierto que esos Sabios una vez que descubrieron la Verdad, cuidaron que no escapara, ni se pusiera al alcance del común de los seres humanos, porque no la comprenderían.
Fue entonces que desde muy antiguo en la historia de la Humanidad surgieron grupos de seres humanos que custodiaron esa Verdad con celo y con veneración. Ellos fueron los Grandes Iniciados.
Así nació LA INICIACIÓN, esa transmisión del Conocimiento en Cadena y que ha constituido y ha generado – perpetuándolos – los Colegios Iniciáticos, en el curso de los siglos.
Un Colegio Iniciático, es un formador y orientador de grupos humanos de calidad, que desean realmente, transformar desde lo más íntimo de sus conciencias sus propias vi-das, en bien de su próximo y de sí mismo.
Los componentes de los Colegios Iniciáticos son estudiantes de las Leyes Naturales, del Universo y Divinas y rara vez salen de su mutismo para hablar con un profano que no estimen verdaderamente interesados en levantar el velo.
Estos Colegios han existido desconocidos del público a través de los tiempos y, cuando el ser humano cree no tener posibilidad de encontrar ese camino nuevo que anhela, se le presenta la oportunidad de conocerlos y de explicarse entonces, muchos fenómenos o experiencias que parecen desconcertantes al común de la gente.
Son muchos los conocimientos que tenemos acerca de los mecanismos de la vida, pero no poseemos, sin embargo, ninguna visión de su significado. Vivimos un lapso de existencia entre dos incógnitas. Sabemos que hemos nacido y que moriremos, pero dentro del andamiaje de la experiencia razonable, los dos extremos de ese espacio de tiempo se pierden en un abismo misterioso.
Nuestra mente se ve obligada eventualmente a adoptar una actitud de humildad ante el misterio final, y estamos preparados entonces para que surja y ascienda dentro de noso-tros, un nivel más profundo de experiencia, que ilumine la búsqueda a tientas de nuestro pensamiento pedestre.
Uno de estos Colegios, el más profundo y secreto es la ORDEN MARTINISTA.
La Orden Martinista: Un Colegio Iniciático.
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“¿No es una pena para el pensamiento ver que el Hombre pasa su vida buscando como pasarla?" (Louis Claude de Saint-Martin)
El Martinismo nos puede esclarecer todas las inquietudes que nos conducen a dar un sentido a nuestra vida en la búsqueda de la Verdad. Se basa en las doctrinas y pensamientos de un gran filósofo y pensador del siglo 18: Louis Claude de Saint-Martin.
Esta Orden misteriosa, deriva de los más antiguos Centros del Esoterismo Occidental y junto a los Rosacruces, tiene la custodia de las Ciencias Divinas. Es una forma de espiritualidad muy elevada, que se da al que pueda poseerla, una visión de la vida y del mundo, libre de toda contingencia material.
Louis Claude de Saint-Martin, expone: “El hombre, al descubrir la ciencia de su propia grandeza, aprende que apoyándose sobre una base universal, su ser intelectual llega a ser el verdadero Templo y, que las antorchas que le deban iluminar son las luces del pensamiento que lo rodean y lo siguen por todas partes, que el Sacrificador es la confianza en la necesaria existencia del Principio del Orden y de la Vida. Es esta persuasión quemante y fecunda delante de quién la muerte y las tinieblas desaparecen; que los perfumes y las ofrendas es su oración, es su deseo, es su celo por el Reino de la Exclusiva Unidad. Que el Altar, es esta convicción eterna fundada sobre su propia emanación, y a la cual Dios y el Hombre vienen a rendirse, para encontrar allí El Uno su Gloria y el otro su felicidad. En una palabra, que el fuego destinado a la consumación de los holocaustos, ese fuego que jamás debe extinguirse, es el de esta Chispa Divina que anima al Hombre y, que, si Ella hubiera sido fiel a su Ley Primitiva, la habría mantenido siempre como una lámpara brillan-te ubicada en el Sendero del Trono del Eteno, a fin de esclarecer los pasos de los que estamos alejados, porque en fin, el Hombre no debe dudarlo ya que no había recibido la existencia sino por el sentido vivo de la Luz y de la Divinidad . . .”
Esta cita del “Cuadro Natural”, demuestra claramente, que para Saint-Martin, es el Espíritu del Hombre el solo y verdadero Templo. Y, uno de los objetivos básicos del Martinismo, es encontrar y transitar el camino que lo pueda conducir a ese Templo.
Este Colegio Iniciático está abierto a los hombres y a las Mujeres y pose un método de trabajo, a la vez individual y de grupo, una línea de inspiración sobre la que cada inteligencia debe trabajar según sus posibilidades.
Su finalidad es que cada miembro, en su esfera, luche en favor de los principios que lo rigen, en favor del espiritualismo, fuera de toda cuestión racial, de toda ideología política y de toda formación religiosa.
¿COMO NACIÓ EL MARTINISMO?
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R: Hay que remontarse al siglo XVIII, para conocer a Emmanuel Swedenborg, nacido en el año 1688 y fallecido en 1712. Este científico, filósofo y místico vidente sueco tuvo por misión formar la “Caballería Laica de Cristo” y la denominada “Iglesia de la Nueva Jerusalén”, las que ejercieron mucha influencia entre los pensadores de todas las tendencias de su tiempo.
Entre los iniciados de Swedenborg se destacó uno que estaba dotado de poderes y facultades de realización: Martínez de Pasqually, nacido en el año 1727 en Grenoble y fallecido en Santo Domingo en 1774. Este cabalista y místico francés viajó por Medio Oriente y en el año 1754 fundó en Francia la Orden Hermética de los “Elus-Cohen del Universo”.
Entre los iniciados de Martínez de Pasqually, se destacaron dos discípulos de gran importancia: Louis Claude de Saint-Martin y Juan Bautista Willermoz.
Juan Bautista Willermoz, nacido en Lyon en 1730 y fallecido en esta misma villa en 1824. Fue iniciado en Masonería en el año 1750 y en 1753 fundó la Logia “La Perfecta Amistad”, donde fue elegido Venerable. Organizó la Masonería en toda la región lyonesa y en 162-1763 llegó a ser Gran Maestro de la Logia Madre. En 1766 tuvo conocimiento de la Orden de Martínez, y fue admitido en Versalles por el mismo Martínez. Este Maestro Pasa-do aportó a la futura Orden Martinista su gran capacidad de organizador y su idealismo práctico, que tuvieron su expresión en el ceremonial y el ritual.
Louis Claude de Saint-Martin, nacido el 18 de enero de 1743 en Amboise y fallecido en Aulnay, cerca de Sceaux, el 13 de octubre de 1803. Estudió abogacía en la escuela de jurisprudencia de Orleans. Deja de ejercer la profesión de abogado y se desempeña como teniente en comisión en el Regimiento de Foix, con asiento en la ciudad de Burdeos. En esta ciudad conoce a Martínez de Pasqually y se inició en la Orden de los “Elus-Cohen” en 1768. Durante el último año que Martínez permaneció en Europa fue su secretario, renun-ciando a la carrera militar. Toda la existencia de este M. P. S::: I::: I:::, toda su vida interior fue determinada por la Teúrgia Divina, que es el gran trabajo interno de la Reintegración. Su objetivo, crear en el centro del ser humano, lenta y pacientemente, la “figura del Yo celeste”, del cual Jesús es el símbolo. Saint-Martin ideó el sello que se veía y se ve estampado en todos los documentos Martinistas. En esta forma estaba naciendo una poderosa Sociedad Iniciática: la Orden Martinista.
Swedenborg aporta el iluminismo. Martínez su dinamismo de Iniciador y su cono-cimiento práctico en las operaciones mágicas. Saint-Martin, su alta mística, su talento de escritor y su don de análisis. Willermoz su capacidad de organizador y su idealismo práctico.
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PRINCIPIOS DE LA ORDEN MARTINISTA
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1.- La Orden Martinista es un Centro Activo de Enseñanza Superior y de difusión Iniciática.
2.- Fue constituida para propagar las Verdaderas Enseñanzas Esotéricas, siguiendo las líneas de la Tradición Occidental Cristiana.
3.- Se inspira especialmente en las enseñanzas del Cristianismo Esotérico y en las Doctrinas promulgadas por el Maestro Jesús-El Cristo, a quién consoladora el Iluminador y Reparador de la Raza Blanca en todos los Planos.
4.- Se propone divulgar, dentro de lo permitido, los Principios y Enseñanzas Esotéricas, admitiendo solamente a la INICIACION, a quienes por la honorabilidad de su vida, por su responsabilidad y cumplimiento de sus compromisos con la Orden, por su idealismo y espíritu de servicio desinteresado y altruista para con la humanidad, encuentra merecedores de participar en la Obra de la Institución.
5.-Acepta como Principio fundamental la libertad de conciencia, la tolerancia en materias filosóficas y metafísicas, rechazando toda afirmación dogmática.
6.-Rehusa definitivamente aceptar para sí misma a imponer a sus miembros la más mínima restricción o preferencia en materia doctrinaria.
7.- Enseña todo lo que le parece bueno y de interés, dejando a cada miembro la más completa libertad para que aplique las enseñanzas recibidas, según su comprensión, pues reconoce en la libertad de conciencia el único camino de Realización Espiritua1.
8.- Es eminentemente esoterista; admite todos los medios de investigación, desde los más ocultistas y místicos, hasta los más académicos y científicos, y en su enseñanza tampoco descuida el conocimiento de las Corrientes Iniciáticas de Oriente.
9.- En la Orden Martinista se practican los Rituales y se estudian los símbolos Mar-tinistas exclusivamente, siendo la Institución completamente independiente de toda otra Sociedad y Orden Simbólica, Filosófica, Esotérica y Oculta.
10.- Es un Colegio de Alto Hermetismo Iniciático, que se descubre a muy poca gen-te, prefiriendo la CALIDAD a la CANTIDAD y como cualquier Asociación que no desea tener acción política y que si, piensa proceder socialmente, prefiere ELEVAR a la muchedumbre hacia la selección, en vez de descender la selección hasta la muchedumbre.